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Al grito de ¿cómo están ustedeees?, Fofito nos recibe en su caravana-camerino, instalada en la carpa del Circo Quirós, afincado durante las navidades en la Ciudad de la Imagen. Entre cadenas de televisión, emisoras de radio, cines y restaurantes, este circo ha hecho suya la explanada en pocos días y, desde hace una semana invita cada tarde al público a un peculiar ‘viaje al pasado’. El hijo mayor de Fofó, tercera pata de un banco llamado los Payasos de la Tele (Miliki y Gaby son las otras dos), nos asegura que su entrañable personaje ha tenido que ir evolucionando a lo largo de los años, actualizando sus chistes y parodias. “El niño de hoy está más preparado que antes, juega con ordenadores, es muy espontáneo y cuando voy a soltar la gracia él ya me la dice con antelación: ¡Ahora se te va a caer el cubo! ¡Ahora cuidado que vas a resbalar con el plátano!
Sin embargo, sigue participando en el espectáculo, y eso es lo que más les gusta a los padres”. Los padres, quienes precisamente llevan ahora a sus hijos al circo para que conozcan las canciones y juegos con los que se divertían ellos a su edad. “A veces son los mayores los que más disfrutan”, comenta Alfonso Aragón. “Son tres generaciones a las que estamos llegando: el abuelo, el padre y el niño que viene ahora a conocerme”.
Mientras se transforma en el personaje que convirtió a este cómico en todo un icono, con su cara ‘limpia’, su singular nariz y su sencillo atuendo rojo, contemplarle hace que irremediablemente nos traslademos a nuestra infancia y nos venga a la mente eso de Hola, don Pepito, Mi barba tiene tres pelos o Susanita tiene un ratón… Consciente de ello, y como si estuviera a punto de decir “señorita, es usted muy bonita, y tiene la cara de una patata frita”, Fofito nos aclara que aunque su hermano pequeño (Rody Aragón) tenga otro circo en la zona durante las mismas fechas, esto no supone ninguna competencia. “Hemos llegado a estar puerta con puerta. La cosa funciona de la siguiente manera: Rody se lleva un millón allí, yo me llevo otro aquí, y nos llevamos dos para casa”, bromea. “Además, es una puerta más que tengo abierta para actuar”.
Pero lo cierto es que oportunidades no le faltan. Pertenecer a la familia de clowns más famosa de toda España y parte de Sudamérica, haber nacido, crecido y vivido en el circo hasta día de hoy y contar con una inestimable experiencia en televisión, le ha valido para que a sus 62 años le lluevan las ofertas. No solo para actuar en la pista, sino para mostrar su talento interpretativo en la gran pantalla. “Me han ofrecido otra película. En los últimos años he hecho dos, y en ninguna como Fofito”, recuerda. “En Torrente 3 hice de asesino, y en Balada triste de trompeta de un payaso… pero de la otra cara de la moneda, del payaso serio. Para mí fue una experiencia preciosa porque siempre había hecho de tonto, no de listo. De hecho nunca me había pintado la cara de blanco. Álex (De la Iglesia) solo me pidió una cosa para ese papel, que no hiciera tonterías delante de la cámara”. El resultado es un trabajo muy diferente a como actúa normalmente para los niños, ya que en la película del director bilbaíno se queja continuamente de la guerra usando expresiones soeces.
Santiago Segura no fue tan exigente con él. “Para Torrente Santiago no me quiso dar guión. Me decía que cuando llegara el momento ya me explicaría lo que tenía que hacer. Es como trabajar con tres personas en una: director, actor y ‘amiguete’. A la hora de rodar es muy serio, hay que tratarle de señor, pero después, fuera de las cámaras, ya empiezan las bromas. Es agradable trabajar con él, siempre tiene abierto el guión para que los actores aporten su granito de arena”.
Nunca es tarde para evolucionar dentro de una profesión con tan alto riesgo de encasillamiento. Alfonso Aragón sabe bien cuál es su rol, pero disfruta con cada oportunidad que se le presenta para desarrollar su vena de actor. “Eso sí, siempre con papeles que tengan que ver con la comedia”, aclara. Su aventura cinematográfica no acaba aquí. “También puse voz al payasito de Toy Story 3, aunque nadie me reconoce porque tuve que cambiarla mucho. ¡Concha Velasco me comentó que había tenido que esperarse a ver los títulos de crédito para saber cuál era mi personaje!”.
En la pequeña pantalla podemos ver a Fofito actualmente. “He participado en el anuncio de Campofrío, el de la reunión de viejos cómicos. Hacía mucho tiempo que no veía a muchos compañeros y tuve la suerte de ver cómo estaban, saludarles, recordar viejas batallitas… Todos hemos viajado durante años y nos hemos encontrado en distintos puntos de España mientras trabajábamos.
Además, el motivo de este encuentro no podía ser mejor, recordar a Gila, que para todos los que estábamos allí fue un mentor”. Pero en ese spot faltaba gente… “Eché de menos a algunas personas en el rodaje, pero no pudieron acudir porque estaban ocupados, por ejemplo a mi amigo y compañero José Mota. Pero creo que se trata de una campaña formada por varios anuncios, así que los que no estuvieron en el primero tendrán la oportunidad de estar en los siguientes”, adelanta el famoso payaso que, desde 2007, recorre localidades con el circo junto con su hija Mónica Aragón, también actriz.
En 2010 salió a la venta un CD titulado Pequeño Planeta Vol.1, en el que Fofito colaboró con su hermano Rody y su tío Miliki, recuperando las canciones más famosas de los Payasos de la Tele. “Grabaré otro disco de canciones infantiles el año que viene. No paro de hacer cosas porque veo que hace falta, que los padres no tienen nada ‘real’ para los niños. Me consta que hay gente que aún llama a la tele para pedir que vuelvan los payasos. A mí me encantaría hacer una nueva serie de televisión, pero creo que con los que quedamos no sería posible. Dudo que mi primo Emilio (Milikito, actual presidente de laSexta) se prestara a estas alturas, con Rody y conmigo… pero podría funcionar, porque los niños de ahora se siguen riendo con las mismas cosas”.
Echar la vista atrás es bueno a veces, ya lo decía la canción, y Alfonso Aragón no tiene dudas a la hora de pensar en lo habría dedicado su vida de no haber sido payaso. “La verdad es que fui muy mal estudiante, ahora de mayor sigo estudiando, pero me hubiese gustado ser médico, para ayudar a los demás”. Y de alguna manera ha terminado consiguiéndolo. La risa es la mejor medicina y pocos como Fofito pueden presumir de haber ‘curado’ a tanta gente. Con su permiso, maestro: ¡Feliz Año Huevo!
http://www.alertadigital.com/2011/12/31/fofito-el-ultimo-payaso-de-la-tele/